Rufferto

Rufferto: Ha sido el mejor (y a menudo el único) amigo de Groo desde su primera aparición en el número 29 de Marvel (aventura que lleva su nombre).

Rufferto nace en una camada junto a otros cinco perritos: Arfetto, Chaffeto, Puffeta, Molfetta y Simfetta. Fue una camada de tres perritos y tres perritas. Este era el aspecto de Rufferto de cachorro tal como aparece en la aventura 'Arfetto', no publicada aún en España.

En la misma aventura se explica como sus dueños, cansados de sus fechorías, se deshacen de él y lo entregan a los reyes del lugar.

Poco después comienza su relación con Groo de forma inesperada cuando Rufferto cayó en una trampa puesta por Groo para obtener algo de comida. Tras una serie de percances el perro pasa de ser la cena de Groo a convertirse en un inseparable acompañante:

Sus dueños legítimos, los reyes antes mencionados, harán todo lo posible por recuperar a Rufferto, algo que implicará a muchos personajes, entre ellos Taranto, sin embargo Rufferto terminará siempre al lado del errante. La aventura 'Rufferto II' complementa a la aventura de presentación del dogo en una divertidísima saga de dos números que será ampliada a cuatro números más: 'La hora de comer' y 'El mejor amigo de Groo' (con dos aventuras de paréntesis: 'El negocio de las armas', y 'Los banqueros de Greed') y posteriormente se retoma el tema de Rufferto y su recompensa en los episodios 'La realidad de Rufferto' y 'El cetro del rey Scepter'.

En 'El negocio de las armas', y 'Los banqueros de Greed' reaparecen Pal y Drumm, que intentarán timar a Groo haciéndole entrar en el sucio juego del negocio de las armas. Sin embargo estos dos episodios dejan de lado la idea de secuestrar a Rufferto.

La saga de Rufferto prosigue en los episodios 'La hora de comer' y 'El mejor amigo de Groo'. En la primera de las aventuras Groo cree haberse comido a Rufferto, algo que le provocará terribles pesadillas. En la segunda de las aventuras Pal y Drumm entran en escena raptando a Rufferto e intentando cobrar la recompensa de los originales dueños de Rufferto (los reyes antes mencionados). Lamentablemente, sin el collar, no habrá trato...

Hay tres episodios más donde volvemos a la saga de Rufferto:

1) 'La realidad de Rufferto', donde es secuestrado junto a otro grupo de perros. Dos bandidos se percatan de que entre los perros está Rufferto y, conocedores de la gran recompensa que se ofrece por él, lo raptarán. Sin embargo, tras una serie de catastróficas desdichas, consigue llegar de nuevo hasta Groo a punto para devolverle sus espadas, que custodiaba fielmente.

2) En la trilogía 'El cetro del rey Scepter': En la primera de ellas, Taranto y los suyos secuestran de nuevo a Rufferto aprovechando la pérdida de conocimiento de Groo después de que éste fuese aplastado por el puente levadizo del castillo del rey Scepter.

En la segunda de las aventuras de la saga Rufferto está a punto de ser devorado por un amnésico Groo, pero la saga de los dueños de Rufferto apenas se menciona:

Se retomará en la tercera de las aventuras de dicha trilogía en la que Taranto lleva a Rufferto a los dueños originales de Groo, los reyes al este del reino de Scepter. Sin embargo, al saber que las tropas de Groo vienen a atacarles para recuperar a Rufferto, deciden deshacerse del perro, que volverá a reencontrarse con Groo. Esta es la última aparición de los dueños de Rufferto y con ella el final de la famosa saga del perro.

3) Y finalmente en el episodio 'Ojos que no ven corazón que no siente' en la que Taranto y los suyos intentan robar el collar de Rufferto aprovechando que Groo había desaparecido (en realidad sólo era víctima de un hechizo de invisibilidad de Arba y Dakarba que asustará a Taranto y los suyos al creer ver al fantasma de Groo protegiendo el collar del perro):

Un fenómeno curioso observado en las aventuras es el hecho de que Groo puede subirse a cualquier barco con Rufferto sin que la nave se hunda aunque este efecto sólo dura mientras Rufferto permanece en el barco junto a Groo. La primera ocasión en la que puede apreciarse quizá sea en la aventura 'Los Piratas de Salgari'.

En el episodio 'Esclavos', la abuela de Groo vende a Groo como esclavo y Rufferto se hace cargo de las espadas de Groo. Con ellas atemorizará a un grupo de cazadores de perros que le identificarán como el perro del errante y dejarán libre a un grupo de perros que habían entablado amistad con Rufferto:

En la aventura 'El sueño de Rufferto' sueña que rescata a la perrita Fifí de las manos del sultán de Canino y termina por convertirse en el nuevo sultán junto a su amada:

Rufferto imagina a Groo casado con Chakaal en la aventura 'Chakaal de nuevo'. Teme perder protagonismo con la unión de los dos guerreros:

En la aventura 'Dragones a la venta' Rufferto acaba con un dragón. Toda una proeza para aumentar su leyenda:

En la aventura 'El ídolo', Rufferto es confundido con cierta deidad con forma de perro llamada 'Sufur'. Véase entrada 'Sufur' para más información.

En la aventura 'El deseo mágico de Rufferto' un hechicero concede un deseo a Rufferto después de que este le rescatase del interior de una mina. Rufferto elige convertirse en humano:

En la aventura 'La maldición de Beings' se produce un hecho sumamente curioso: Rufferto ingiere accidentalmente una de las pócimas que el guardián de Beings guardaba para esclavizar a los mineros, de aspecto mitad humano-mitad animal. Dicha pócima le permitirá a Groo adquirir una cabeza de aspecto humano y por primera vez se comunicará con Groo a través de palabras. Lamentablemente (o afortunadamente) Rufferto recuperará pronto su aspecto original.

Y en la aventura 'El Aquelarre', la bruja Mortia convertirá a Rufferto en un loro y en un mono:

También en un cerdo:



Y en elefante... ¡y hasta en Groo!

En 'La fuente de la Juventud' las brujas Arba y Dakarba convierten a Rufferto en un cachorro.

En la aventura 'Rufferto avenged', no publicada aún en nuestro país, contemplaremos la aparente muerte de Rufferto tras ingerir una pócima creada por el alquimista Zutano cuyo objetivo era quitar la vida de la mujer del rey de Zuta. Groo quedará desolado al hallar a su inseparable amigo sin vida en un carro de basura.